GABRIEL PICART

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Una visión personal

Conozco personalmente a Gabriel Picart desde hace mucho tiempo. Cuando me dijo que se iba a producir este libro*, le pedí que me permitiera hacer algunos comentarios sobre su trabajo para dar mi "visión personal".

Gabriel (Gab para mí) ha sido amigo personal y socio comercial durante muchos años; lo conozco casi desde el comienzo de su carrera, representando su trabajo en el mercado estadounidense. Y si bien no soy un crítico de arte profesional, creo tener un conocimiento privilegiado sobre él y su trabajo que será de interés para los coleccionistas.

Apunte biográfico

Nació en la hermosa ciudad mediterránea de Barcelona. Para quienquiera que no esté familiarizado con esta ciudad de milenaria cultura, recomiendo el magistral libro de Robert Hughes titulado "Barcelona". Barcelona es importante en la historia de Picart porque es una ciudad impregnada de profundas y ricas tradiciones de logros artísticos; fue, por ejemplo, la primera parada de Picasso en su camino hacia la fama.

Desde 1962, el año en que nació, Picart ha pasado la mayor parte de su vida en el mismo barrio. Como si su futuro como artista hubiera estado predeterminado por el destino, es el barrio donde se encuentra el universalmente famoso Park Güell, y la familia de Gabriel residía en la gran casa de la puerta principal del parque.

Este parque es uno de los más conocidos del mundo. También es uno de los atractivos turísticos más importantes de Barcelona. Creado por el gran arquitecto catalán Antoni Gaudí, el Park Güell fue la realización de su visión utópica: diseñó el parque a principios del siglo pasado como una nueva Arcadia, un paraíso en la tierra.

Y exactamente en eso se convirtió para Gabriel.

Durante más de cincuenta años, la familia de Gabriel habitó el pabellón conserjería situado a la derecha de la entrada principal del parque. El portero original, de nombre Alfons Saumell, era un viejo amigo del bisabuelo de Gabriel, y vivía solo la enorme casa. La abuela de Gabriel, Filomena, vendía dulces y artículos diversos en la puerta principal junto al pabellón, y el portero le guardaba en su interior las mercancías durante la noche. Alfons, quien sufría una discapacitación física, invitó a Filomena y su familia a vivir con él, y cuando se puso demasiado enfermo para cumplir con sus obligaciones, la abuela de Gabriel se hizo cargo del trabajo de portera del parque. Así es como Gabriel pasó toda su infancia en este histórico y glorioso pabellón, el cual Gaudí había diseñado emulando la casa de la bruja del cuento de hadas de los hermanos Grimm "Hansel y Gretel". Todo el parque se convirtió en su patio de juegos; no es de extrañar que al crecer de un entorno tan artístico, muy pronto desarrollara interés por el arte.

Picart siempre tuvo un lápiz en la mano; siendo un adolescente, sus padres alquilaron el otro pabellón de la puerta principal, ¡por cinco dólares al mes! Este edificio, con su singular torre coronada por una doble cruz (y que posteriormente se convertiría en uno de los principales símbolos culturales de Barcelona), había sido durante muchos años el taller del propio Gaudí. Y Gabriel pudo disponer de este pabellón libremente. En la misma habitación en la que el gran arquitecto realizó sus diseños, Picart montó su primer estudio. Cuenta que podía sentir el fantasma de Antoni Gaudí flotando sobre su hombro. Gabriel pronto se volvió tan adicto a la pintura que dejó de estudiar para convertirse en arquitecto él mismo.

En la década de 1980, tanto los pabellones como el propio Park Güell fueron designados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. "No puedo enfatizar suficientemente la importancia que este lugar y su universo único de intrincadas y fascinantes formas de delirio y poesía ha tenido para mí", ha comentado a menudo Gabriel. "Ha dejado una huella indeleble en mi alma para siempre".

El joven artista

La fortuna pronto sonrió a Gabriel. Poco después de tomar la decisión de convertirse en artista profesional, tuvo la suerte de conocer al famoso ilustrador Enric Torres (a quien también representé). Enric invitó a Gabriel a visitar el estudio que compartía con el mejor ilustrador en tinta y carboncillo de España, uno de los creadores de la incomparable Vampirella, Pepe González. Pepe era uno de los artistas de cómic más destacados del mundo, un reconocido maestro del arte del dibujo y la composición.

A la edad de veinte años, Picart ya estaba encaminado. El joven Gabriel se convirtió en el tercer miembro del estudio. Con la tutoría de estos dos grandes artistas, Gabriel pronto aprendió los secretos del dibujo de la figura humana, preparar la tela, la aplicación de diversas técnicas al soporte... "Fui el estudiante de arte más afortunado de todos los tiempos", dice Gabriel. Aprender como en los antiguos talleres de enseñanza libre parisinos, pero con dos maestros para mí solo. ¿Cómo podría haber sido mejor?"

La carrera de Picart como ilustrador floreció; trabajó en comisiones por toda Europa. En 1985 conocí a Gabriel en su primer viaje a la ciudad de Nueva York. Había venido con Enric y el incomparable titán de la ilustración española, Sanjulian, a quien también representé. Ambos habían reconocido el genio particular de Gabriel, y me dijeron que si yo fuera inteligente representaría a este "chico maravilla". No lo dudé. Mi empresa, SI International, se destacó por su capacidad para seleccionar a los mejores artistas europeos. Así comenzó nuestra colaboración y, para mi gran placer, hemos trabajado juntos desde entonces.

Picart logró rápidamente encargos (¡no es ninguna sorpresa!) de las editoriales más importantes de Estados Unidos y Canadá. También trabajó para agencias de publicidad, firmas de diseño gráfico y editoras de catálogos. Los directores artísticos aplaudían sus trabajos porque Gabriel aportaba un estilo pictórico a sus ilustraciones. A los clientes les encantaban sus pinturas por su sencilla elegancia. En resumen, fue el mejor artista comercial de su tipo que jamás haya representado.

Desde el comienzo de su carrera aquí, fue comparado nada menos que con Norman Rockwell, el gran héroe de Gabriel. Cuando se envió a imprimir la pintura original de su primera ilustración para el mercado estadounidense (Friend Monkey, Dell Publishing, 1986), el impresor pensó que era un Rockwell original. Al escuchar esto, Gabriel estaba exultante: "Norman Rockwell fue un gran maestro pintor que dedicó su vida a trabajar para editoriales y compañías publicitarias, al igual que muchos artistas del Renacimiento lo hicieron para los Papas". La pintura de Picart "The Connoisseur" es un tributo a Rockwell.

Los coleccionistas de arte son conscientes de la importancia de la formación de Picart como ilustrador. Las demandas son a veces casi sobrehumanas, porque los desafíos son tanto técnicos como estéticos. Además de poder dibujar, reproducir y pintar, un ilustrador eficaz debe saber comunicar directamente con el espectador. Según Gabriel, este hecho es absolutamente esencial para la creación exitosa de una ilustración.

Picart sostiene que "la mayor parte del arte ha sido creado por encargos comerciales. Durante este último siglo por ejemplo, algunas de las mejores pinturas figurativas han sido realizadas en el ámbito de la ilustración comercial, al igual que algunas de las mejores músicas descriptivas han sido creadas para bandas sonoras de películas".

Por su parte, Picart optó por dominar el uso de la pintura al óleo para la creación de sus ilustraciones, en contraste con algunas de las habituales técnicas mucho más rápidas y sencillas, con el objetivo siempre en mente de trasladar esta pericia a la pintura artística. Gabriel tuvo éxito como ilustrador comercial, aceptando una variedad de encargos, desde ilustraciones de escenas cotidianas, hasta retratos (yo le encargué mi propio retrato a tamaño natural).

Aunque nunca estuve seguro de cómo lo hizo, Picart encontró tiempo para crear sus propias obras, y comenzó a mostrar su trabajo en la Sala Parés de Barcelona, una galería muy prestigiosa. En 1996 tuvo su primera exposición en la Galería WolfWalker en Sedona, Arizona. A esta le siguió de inmediato su participación en una muestra colectiva de artistas catalanes en la Ambassador Gallery de Nueva York. Junto con Picart se hallaban algunos de los principales pintores figurativos contemporáneos españoles de aquel momento, y su pintura “Antigua Casa Figueras” fue evaluada por numerosos coleccionistas. "Podríamos haberla vendido una docena de veces", me comentó la propietaria de Ambassador, Elie Miner.

Gabriel Picart había iniciado su carrera como pintor artístico. Galerías a lo largo y ancho de los Estados Unidos solicitaban sus pinturas. Como resultado, ya no aceptó más encargos de ilustración, y se dedicó por completo a la creación de su propia obra pictórica.

Un hombre del Renacimiento

El principal amor de Picart es la pintura. Pero no es su única pasión, ya que es un hombre del Renacimiento. Gabriel siente una profunda conexión con Leonardo, Vivant Denon y Rusiñol (el gran maestro catalán), por nombrar algunos. Admira en especial a los pintores que fueron al mismo tiempo escritores, ingenieros, y arquitectos.

A Picart le gusta leer sobre filosofía e historia, y le encanta escribir; actualmente está trabajando en un proyecto multimedia para niños basado en un cuento infantil que ha él mismo ha escrito. Naturalmente, este proyecto conlleva el aprendizaje del arte pictórico por parte de los más pequeños, y en concepto y originalidad, en mi opinión es simplemente brillante.

Dice que cuanto más sabe sobre la vida, más sabe sobre pintura. Su filosofía personal es que todas las artes y las ciencias humanas están interconectadas. Por ejemplo, cierto día hablábamos de cantar ópera, mientras degustábamos un exquisito vino del Penedés. Comenté que con demasiada frecuencia un cantante comete el error de comenzar una canción con demasiada fuerza. Él estuvo de acuerdo de inmediato. "Los pintores no deberían usar el blanco y negro en una pintura demasiado pronto", dijo, haciendo la conexión entre la pintura y el canto, "porque no hay nada más claro ni más oscuro que ellos. El criterio para interpretar bien una canción nos sirve para hacer una buena pintura. Las reglas internas son las mismas para todas las actividades artísticas".

A menudo hemos hablado del gran don que recibe todo pintor, un regalo que se da gratuitamente, que no se gana, el don de poder pintar. Plenamente consciente de este regalo, trabaja con el principio ético de que es responsabilidad de todo artista retribuir a la sociedad. Gabriel lo ha hecho, varias veces. El Ayuntamiento de Barcelona ha reconocido su contribución a los programas de educación vial infantil, y Cruz Roja Española lo felicitó por una maravillosa serie de dibujos que realizó a los diecisiete años para enseñar a dar correctamente los primeros auxilios.

Un pintor realista

Wilhelm Worringer definió el arte abstracto como característico de las culturas germánica y del norte de Europa, desarrollado en un ambiente hostil. La pintura figurativa, en cambio, pertenece a las civilizaciones mediterráneas clásicas, y significa una identificación con los elementos y objetos del entorno. Picart es rotundamente un pintor figurativo. Nació en la costa noroeste del Mediterráneo, un entorno bello y amable: "¿Cómo podría negarme a intentar reflejar las cosas hermosas que me rodean en mis pinturas?" comentó una vez mientras viajábamos por la Costa Brava, la bonita costa al norte de Barcelona.

Como consecuencia de vivir en un lugar diseñado hace cien años, Gabriel desarrolló un profundo interés por todo lo que pertenece a la estética del período fin de siècle. De especial interés para él es el período comprendido entre mediados del siglo XIX y principios del XX.

"Me considero dentro de la tradición de pintores como Alma-Tadema, Bonnat, Leighton, Gerome, Bouguereau, Sargent, Fortuny y Water-House. Es lamentable que todos ellos hayan sido ignorados por los críticos modernos, quienes desdeñosamente relegaron a los artistas figurativos a la categoría de meramente decorativos. Por supuesto, esto está cambiando rápidamente con el resurgimiento actual de la figuración realista. Pero una cosa es muy cierta acerca de estos artistas: en la técnica del dibujo y la pintura eran insuperables".

Sin embargo, la principal influencia en su amor por el arte figurativo como interpretación realista es el concepto de Comunicación.

"Los antiguos egipcios usaban la misma palabra SESH para denominar Pintar y Escribir, puesto que para ellos ambas cosas eran lo mismo: Comunicar. Esto es así también para mí". Y de todos los lenguajes pictóricos, el Realismo, incluido el Surrealismo, es la mejor forma de comunicación para Gabriel.

Aunque pinta de manera realista, Gabriel respeta todas las formas de pintura. Cree que el Realismo puede y debe aprovechar todos los demás "ismos" del arte. La pintura realista se beneficia de cualquier avance realizado en formas de expresión no representativas. "Esto es cierto", argumenta Picart, "ya sea que estemos hablando de Abstracción Geométrica o Impresionismo, por ejemplo. De la Abstracción Geométrica, el Realismo se puede beneficiar de lo que la abstracción ha aprendido sobre la composición. Del Impresionismo, las pinturas realistas se benefician de la influencia que el Impresionismo ha proporcionado en la relación entre la luz ambiental y el color local de los sujetos, y cómo las líneas entre los dos a menudo se difuminan. Esto ahora hace posible un tratamiento más preciso de la luz. Y como consecuencia paradójica, pintar de forma más realista aún".

Si bien su trabajo es realismo figurativo, no es fotográfico. Todas sus pinturas son de un estilo puramente realista, no hiperrealista, y la imitación de la realidad es solo aparente. Para Gabriel, aquí es donde reside la verdadera magia de la pintura.

Picart captura la forma en que la luz natural revela detalles que el ojo inexperto no percibe. Su intención es hacer que el espectador se detenga a observar las distintas partes que configuran el todo, pero sin competir con él. "En particular, me encanta pintar detalles", dice. "Sin embargo, nunca deben representarse con tanta precisión que distraigan al espectador del foco principal de una pintura. Los detalles deben respaldar los elementos principales de una composición pictórica, no competir con ellos".

Se esfuerza por lograr un equilibrio entre la línea, el color y la textura, en ese orden de importancia. La línea, o dibujo, es el pilar principal que sustenta la obra pictórica. Es su arquitectura, por así decirlo. Gabriel es un dibujante consumado (volvemos a su formación como ilustrador) y su línea es siempre personal. Su dibujo y su interpretación crean una nueva realidad en lugar de simplemente recrear la ya existente. No busca imitar. Más bien, busca reproducir lo que ve en un nivel superior.

Picart prefiere utilizar colores fuertes y contrastantes; le gusta el sombreado sutil (observad sus tonos de piel). "A veces me gusta usar colores casi primarios. Pero no pretendo que dominen el cuadro, como ocurre con demasiada frecuencia en la pintura figurativa contemporánea".

En cuanto a la textura, le gusta dejar sus pinceladas claramente visibles, a veces aplicadas sólidamente con una espátula. Trabaja a la manera lenta de los viejos maestros, tan poco común en la escena pictórica actual. "Me encanta la adición de empastes muy gruesos siempre que sea posible, pero solo cuando sea posible, de lo contrario el uso de empastes se convierte en un truco barato que se utiliza para engañar al público haciéndole creer que una pintura es importante. De hecho, demasiada pintura puede estropear una de las más importantes cualidades de los óleos: su transparencia. Los antiguos maestros solían añadir finas capas de óleos transparentes para dar la ilusión de profundidad y de luz". 

Los coleccionistas se sienten atraídos por la técnica de Picart de pintar sobre panel de madera en lugar de lienzo. La pintura sobre tabla de madera tiene una larga y venerable tradición, mucho más antigua que la pintura sobre lienzo. “La verdad es que he pintado muchas obras sobre lienzo”, dice, “y es un excelente soporte para los óleos. Pero el panel me permite hacer más trabajo preliminar, y siempre se ve plano y rígido, a diferencia del lienzo, el cual debe ser tensado de vez en cuando".

Picart es un pintor de estudio. Sus obras son demasiado laboriosas para ser ejecutadas "en plein aire". La luz natural cambia muy rápidamente, y ello significa que es imposible trabajar en la misma pintura durante un período de tiempo prolongado. "Pintores como Renoir, muy concernidos por la luz natural, hicieron algunas de sus pinturas más famosas de esta manera", observa Gabriel. Además, existe un beneficio adicional: al trabajar en su estudio, libera su imaginación de la tiranía del momento y permite que sus impresiones y recuerdos personales impregnen sus elecciones de composición y color. Este es un proceso inconsciente que permite una idealización de su tema, una idealización que es idiosincráticamente personal.

Temática pictórica

Picart está interesado en pintar una variedad de temas, aunque inicialmente se dio a conocer por sus imágenes de paisajes urbanos de Barcelona y escenas románticas de la pintoresca Venecia. "Me encanta pintar fachadas de Barcelona, las cuales son conocidas en todo el mundo", dice. Las pequeñas tiendas que le encanta pintar son un contrapunto a los edificios contemporáneos, que son cualquier cosa menos de escala humana. "Alrededor de estas tiendas hay una especie de 'ágora' moderna donde la gente puede reunirse y socializar. En mi pintura de fachadas, quiero que el espectador pueda (casi) entrar".

No busca ser original en aras de la mera originalidad, un rasgo que siente que es demasiado común en gran parte del arte contemporáneo. Pinta lo que le apetece pintar. A veces, esto significa pintar el mismo tema más de una vez. Cuando repite un tema su intención es aprender y mejorar, no copiar un cuadro anterior porque haya tenido éxito. "Simplemente no puedo", proclama. "Mi idea del infierno de los pintores es repetir una y otra vez el mismo cuadro". En cambio, la repetición del tema es para él un desafío técnico y conceptual.

Venecia es uno de los temas más recurrentes en la pintura de paisajes y fachadas. Dice: "Me encanta pintar Venecia. Todo lo que un pintor puede soñar en un tema pictórico se encuentra allí. Primero la línea, las fascinantes y diferentes líneas de su arquitectura, los ornamentados edificios barrocos y los palacios renacentistas, el estilo gótico mezclado con cúpulas orientales... En segundo lugar, el color: fachadas de todos los colores, una al lado de otra, en maravillosa competencia entre ellas. Colores pálidos y vivaces juntos. Y en tercer lugar, la textura: el lugar perfecto para aplicar gruesos impastos! Las capas de pintura vieja se superponen entre sí, agrietándose para hacer claramente visibles los humildes ladrillos, los cuales a su vez contrastan dramáticamente con los ricos mármoles con los que se han yuxtapuesto. Y todo esto multiplicado sin fin, pues el agua refleja y distorsiona las líneas arquitectónicas, hace que los colores brillen aún más, y las rugosas texturas contrastan con su superficie lisa y vidriosa".

Después de décadas de abandono y burla, la pintura de figura humana vuelve a ser respetada y demandada. A lo largo de la mayor parte del siglo pasado, la figura humana se transformó mediante la abstracción o la distorsión. La pintura figurativa clásica fue peyorativamente descartada, tildada de académica o decorativa sin remedio. El dibujo ya no se consideraba esencial para la obra de un genio (¡muchos pasaban por alto que Picasso era un maestro dibujando!). De hecho, es un secreto a voces que en los últimos cincuenta años el dibujo ha dejado de enseñarse en la mayoría de las academias de arte. Por lo tanto, la habilidad de Picart para dibujar es rara. Como es habitual en él, se posiciona usando la música: "Los músicos me han dicho que la dificultad de la interpretación de Mozart es que su música es absolutamente transparente, y que cualquier pequeño error en la ejecución es fácilmente detectable. Lo mismo ocurre con la realización de pinturas realistas, puesto que también son absolutamente transparentes para el espectador. Así, cuando estas incluyen la figura humana, el reto más difícil que la pintura nos plantea, el camino hacia el éxito se vuelve muy exigente. La figura humana se halla en la cima del arte. Por eso, para cualquier artista que quiera avanzar en su técnica es imprescindible afrontar este reto”.

La bella esposa de Picart, Rosa, a menudo le sirve de modelo. "La belleza de Rosa tiene una cualidad que aprecio desde el punto de vista de un pintor. Sus rasgos, como los de las modelos de Alma-Tadema (también su esposa muchas veces) o las de Water-House, tienden más a un ideal académico que a los contornos y formas especificos de una persona en particular. Lograr este ideal académico es un logro sublime, porque significa que he podido escapar de la trampa de los pintores figurativos: hacer que la pintura del modelo parezca un retrato del modelo".

En el paraíso de Menorca (una de las Islas Baleares, frente a la costa de Cataluña), Gabriel posó a Rosa para crear una dinámica serie de pinturas figurativas "minimalistas" que han ganado elogios por su claridad de luz y sencillez de composición. “Cuando visité Menorca por primera vez, no pude resistir la tentación de realizar una serie de cuadros basados en sus detalles arquitectónicos como fondo, sobre los que hice posar a Rosa”. Siempre le da mucha importancia a los detalles pictóricos: "No me gustan los fondos completamente coloreados y sin forma que hacen que las figuras parezcan estar en una especie de limbo psicodélico", bromea.

Binibeca es el nombre del pueblo de Menorca donde ha realizado la mayor parte de sus bocetos. Es un pueblo de pescadores lleno de encanto del viejo mundo. "Sus formas onduladas y singulares me recuerdan a las de Gaudí", explica Gabriel, "excepto que son más simples y más blancas. De hecho, las casas son completamente blancas". Las curvas de los elementos arquitectónicos de Binibeca dan un movimiento a la composición que Gabriel encuentra interesante. Sus pinturas 'minimalistas' son muy solicitadas. Esto refleja el renovado interés por la simplicidad en la pintura figurativa.

Además, sus pinturas menorquinas son un homenaje a la mujer mediterránea. La piel bronceada de sus figuras, a veces a la sombra para oscurecerla todavía más, las hace parecer verdaderas estatuas vivas de bronce cuando son contrapuestas con las blancas paredes. Nos recuerdan a las mujeres cordobesas pintadas por Romero de Torres. El galerista Rowland Weinstein le pidió que pintara mujeres con el famoso Mantón de Manila, los hermosos mantones de colores que se han convertido en emblemáticos de la elegancia femenina en España. Esto representó un nuevo desafío para Gabriel. "Para ser honesto, nunca pensé en hacer una obra con un Mantón de Manila. Sin embargo, cuando Rowland me preguntó si estaría dispuesto a hacer algunos para su galería en San Francisco, me encantó la propuesta porque este tipo de pinturas son un clásico en la figuración española".

Picart también ha añadido las naturalezas muertas a su repertorio. "La ventaja del bodegón es que tengo el control total. No dependo de una maqueta, ni de un hermoso paisaje. Elijo los objetos a pintar y los coloco donde los necesito. También decido la ilumionación. Yo lo creo todo, es francamente divertido".

Algunos han observado que "no importa lo que Picart pinte, es un bodegón". Gabriel está totalmente de acuerdo. Esta observación explica el aspecto único de todo su trabajo, sin importar la temática. Gabriel atribuye esto a la enorme influencia que la arquitectura (¡de nuevo Gaudí!) ha tenido en su carrera pictórica. Lo obliga a organizar líneas y formas en esquemas arquitectónicos. Desde pequeños frutos hasta figuras humanas o barcos, desde las fachadas de los edificios hasta los canales de Venecia, Gabriel sigue, casi por arte de magia, las pautas geométricas invisibles que dan como resultado la armonía.

Todas sus pinturas comparten una cualidad común, no importa el tema. En un siglo, las pinturas de Picart seguirán pareciendo contemporáneas. Las pinturas de Gabriel van más allá de las tendencias y los estilos de pintura populares en la actualidad. No pretende que sus cuadros estén de moda, aunque son extremadamente elegantes. Su aspiración es que soporten bien el paso del tiempo. Por ello, un cuadro de Picart es un clásico.

Epílogo

Picart es un artista a seguir, su trabajo está destinado a colecciones de museos. Sus pinturas consumen mucho tiempo, y por ello no produce demasiado, lo que significa que el número de galerías que pueden llevar su obra es limitado. Las pinturas de Picart han atraído la atención de destacados críticos y coleccionistas, y están en algunas de las galerías más reconocidas de Estados Unidos, donde cuelgan junto a titanes del pincel como Chagall, Miró, Dalí y Picasso, y algunas de las principales obras de arte contemporáneo que se encuentran en el mundo actualmente. En Anderson Galleries en particular, sus pinturas se han colgado con las de Bouguereau, uno de los héroes de la pintura de Gabriel. Este es un tributo a su talento excepcional.

Herb Spiers — Nueva York, Octubre 2000.

 

Herb Spiers (1945-2011) fue marchante de arte durante más de treinta años. Doctorado en Filosofía, escribió prolijamente sobre temas relacionados con el arte. Coautor de la declaración "We Demand (Nosotros Exigimos)", presentada en la primera manifestación pública en Canadá del movimiento de liberación LGTB, Herb Spiers fue miembro fundador de ACT UP, Nueva York, y del periódico de liberación LGTB 'The Body Politic', para el cual escribió reseñas y artículos.

 

(*) "Este libro fue publicado en 2001, sólo cinco años después de comenzar mi carrera como pintor artístico. Aunque algunas de mis declaraciones y opiniones deberían ser matizadas hoy en día, o incluso revisadas, pienso que este texto de mi gran amigo y representante Herb Spiers es un excelente testimonio de mi trabajo hasta aquel momento, así como de mí persona." — Gabriel Picart

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